Kilian Jornet ha logrado un hito extraordinario al enlazar los 82 picos de 4,000 metros de los Alpes en solo 19 días, cubriendo 1,207 km con 75,344 metros de desnivel positivo, todo sin el uso de vehículos motorizados.
Mientras Kilian ha llevado los límites de la resistencia física a nuevos niveles, nosotros, en paralelo, hemos explorado los límites de la naturaleza misma.
Alpine Connections ha sido un viaje excepcional no solo para Kilian, sino también para la Fundación Kilian Jornet. Nos ha permitido presenciar de primera mano los desafíos que Kilian ha enfrentado en el entorno alpino. Estos desafíos incluyen no solo la resistencia física y mental requerida para atravesar este terreno, sino también las dificultades ambientales que se están volviendo cada vez más evidentes debido al cambio climático. Si bien el logro físico de Kilian es muy inspirador, este viaje también ha puesto de relieve la necesidad urgente de actuar para proteger estos importantes y frágiles ecosistemas.
A lo largo del proyecto, hemos explorado temas vitales para el entorno alpino: glaciares, permafrost y biodiversidad, cada uno de ellos cada vez más amenazado. Los glaciares, que dan forma a los valles alpinos y son reservorios esenciales de agua dulce, están retrocediendo rápidamente, lo que ilustra los efectos del calentamiento global. El deshielo del permafrost desestabiliza los paisajes, afectando la seguridad y accesibilidad de actividades al aire libre como el trail running y el alpinismo. La rica biodiversidad de los Alpes, crucial para la salud del ecosistema, también está en riesgo, con la sobrepoblación llevando a la interrupción de hábitats y la posible pérdida de muchas especies. Estos desafíos enfatizan la necesidad de esfuerzos de conservación urgentes y responsables.
El viaje de Kilian a través de los Alpes ha expuesto las realidades del cambio climático. Mientras cruzaba glaciares y escalaba picos alterados por el deshielo del permafrost, los cambios ambientales han sido imposibles de ignorar. Uno de los ejemplos más impactantes que presenció fue en el Gran Paradiso, donde Kilian visitó por primera vez con su familia a los 15 años. Ahora, 20 años después, el glaciar ha retrocedido significativamente, comenzando mucho más alto en la ruta que antes. En cuanto al deshielo del permafrost y los consiguientes desprendimientos de rocas, Kilian observó impactos importantes en áreas como Aiguille Verte en el macizo del Mont Blanc. Los enormes pilares de roca se mantienen peligrosamente en su lugar solo gracias al permafrost que queda. De manera similar, la Aiguille Blanche de Peuterey ha visto numerosos desprendimientos debido al deshielo del permafrost.